La comunicación prenatal

La vida es desde sus orígenes movimiento.
Es con el movimiento que el niño no nacido expresa desde el comienzo sus emociones en sus formas más rudimentarias.
El bebé intrauterino es un ser que siente y su grado de conciencia le permite percibir matices emocionales muy sutiles
El va construyendo su historia a partir de todos los acontecimientos que se producen antes de la concepción, la concepción en sí misma y el embarazo hasta el momento del nacimiento.
De este modo, en su vida prenatal se va forjando su personalidad y configurando sus sentidos.
Es a partir del tacto primitivo que el bebé ingresa en el mundo sensible.
Todos los demás sentidos no son más que especilizaciones de este tacto original
Así el ver y el escuchar son desarrollos evolutivos de este tacto primitivo
Los primeros contactos que la mamá establece desde su vientre con el bebé fundan los lazos de una relación afectiva, confirmante de un estado de seguridad emocional en su vida psíquica.
Pero ,según Veldman, el creador de la Haptonomía o Ciencia de la Afectividad y el contacto, para que estos contactos trasciendan los límites del mero tacto estos deben ser realizados de un modo intuitivo, en intimidad y con una actitud afectiva.
La intención es la de poder brindarle al niño un sentimiento de seguridad y de confirmación de su existencia.
Desde esta perspectiva el tacto constituye la base de todos los sentidos
En verdad, la audición no es otra cosa que la especialización del tacto mecánico original.
En los primeros meses de su vida prenatal los sonidos le llegan al bebé en forma de vibraciones que resuenan en su cuerpo todo a lo largo de la piel.
Así va percibiendo y sintiendo acústicamente el espacio mientras aprende a orientarse en él .
En la quinta semana ya desarrolla un repertorio de complejos actos reflejos.
En la octava semana moviendo sus extremidades desarrolla un primitivo lenguaje corporal con el que expresa sus preferencias.
Al sexto mes es tan sensible al tacto como un niño de un año.
Es a partir del sexto mes que su oído alcanza el grado de desarrollo
necesario para oír claramente.
El abdomen y el útero son lugares muy ruidosos. Los retumbos estomacales son los sonidos más potentes que escucha. La voz de su mamá y papá si bien están amortiguados le resultan audibles.
Pero el latido del corazón es el que domina su mundo. Mientras es regular se siente seguro (50 o 90 por minuto).
Esto explica por qué a los adultos nos gustan ciertos ritmos musicales.
Los bebés también son selectivos con la música. Adaptan su ritmo corporal al habla de su madre.
El niño antes de nacer ya puede recordar e incluso aprender.
Es capaz de captar el tono emocional de la voz de su mamá. Hasta podríamos decir que está capacitado para iniciar una primera educación musical.
Según las investigaciones sobre la vida intrauterina del Doctor Tomás Verny, una embarazada que escucha una música relajante unos minutos por día pueda lograr que su hijo se sienta más tranquilo y hasta podría crearle un interés musical para toda la vida.
El ritmo del corazón de su madre le es al niño muy tranquilizador.
Existen experiencias en las que haciéndoles escuchar a los bebés los latidos cardíacos humanos, más allá de que estos sean de su propia mamá, los niños responderán durmiendo y descansando mejor.
Según el Dr. Alfred Tomatis, especialista en Psicolinguística, los rudimentos de un idioma también pueden establecerse en el útero.
Pero no es precisamente este entrenamiento, ni siquiera este condicionamiento reflejo el que nos motiva a propiciar el contacto temprano entre los padres y sus bebés por nacer. Ni la pretensión de aliviar a los padres del llanto de sus hijos al nacer forman parte del objetivo de estas observaciones.
El acento no está puesto en el logro de determinado resultado en la respuesta de un bebé por nacer sino en construir las bases de la relación afectiva entre el bebé y sus padres.
Sabemos que cuanto antes se inicie la comunicación entre la mamá, el papá y el bebé, las posibilidades de construir un vínculo segurizante para el bebé serán mayores.
Si bien la mamá por el contacto cotidiano con su bebé tiene más oportunidades de entrar en relación íntima con su hijo, no siempre le destina un tiempo y un espacio protegidos para establecer una comunicación directa con el mismo.
Por otra parte, cuando un padre comienza tempranamente la relación con su hijo y descubre que éste lo reconoce se compromete más afectivamente con él.
Sabemos que el niño oye en el útero la voz de su padre y si éste le habla con palabras breves y tiernas, el bebé puede reconocerlas desde las primeras horas de vida, respondiendo emocionalmente a ella.
Por ejemplo, si está llorando, se calla. Ese sonido conocido le dice que está protegido. Esto a su vez influye en la actitud del futuro padre que al constatar que su hijo lo reconoce adquiere mayor confianza en sus capacidades como padre, tantas veces injustamente consideradas como de torpeza. Cuanto antes se interese más se beneficiará el vínculo.
El bebé percibe tanto las vibraciones por todo su cuerpo como los sdos que le llegan a través de su oído
Decíamos que el bebé tiene preferencias musicales, como ser la música clásica o barroca pero sería conveniente tener en cuenta que en última instancia el bebé va a disfrutar aquella música que le sea placentera a su madre.
El efecto endorfínico que le produce a la mamá el contacto placentero con la música y tal vez el mover su cuerpo, siguiendo el ritmo, sea acaso lo más nutritivo de toda la experiencia
Tal vez por eso sea conveniente que la mamá escuche la música que le guste más y que además lo haga en forma directa del ambiente prescindiendo de auriculares.
Según el musicoterapeuta Gabriel Federico la estimulación prenatal con música provoca que el sistema nervioso centra del bebé se excite permitiendo que a éste le aumenten los latidos cardíacos favoreciendo un mayor intercambio de fluídos entre la placenta y el bebé.
Sin embargo creemos que como cualquier otra actividad lúdica o artística la música para el bebé no debería usarse para lograr efectos o resultados particulares como lo podrían ser la memorización de una secuencia o el aprendizaje de un idioma o cualquier otro interés productivista.
No podemos de todos modos desconocer el gran valor que tiene el estímulo sonoro como recurso para lograr niveles de relajación profunda tanto durante el embarazo como especialmente durante todo el trabajo de parto y parto.
A su vez el uso del sonido y la liberación de la voz contribuyen a soltar las tensiones alojadas en la zona perivaginal.
Los sonidos graves, en particular, actúan por vibración aflojando los músculos del suelo de la pelvis.
Con ese mismo objetivo es que se utilizan con preferencias las vocales "O" y "U" en forma sostenida durante el transcurso de las contracciones uterinas.
También el "didjeridoo", un instrumento que data de 5000 años atrás, construído a partir de una caña que crece cerca de los eucaliptos en una región de Australia emite sonidos de un frecuencia muy baja que predisponen a estados de conciencia no ordinaria conocidos comúnmente como estados de trance.
Nosotros pensamos que más que estimular al otro, la experiencia de comunicación pre-natal a través de la música, los sonidos, el canto y el movimiento son una oportunidad que tienen los padres de abrir un espacio de encuentro en el que se desarrollen las capacidades que todos tienen para crear y jugar en libertad.
Al cantarle a su beé los padres abren una nueva dimensión en la comunicación con su hijo, inaugurando una vía de diálogo que compromete el mundo afectivo-emocional haciendo que al dar vida, puedan transformar la propia.

Para quienes quieran participar de una experiencia de comunicación prenatal, en Tobi Natal les ofrecemos un Programa de tres encuentros que culminan con la participación en un concierto prenatal con carácter vivencial para realizar en pareja a partir del 3er. mes de embarazo.
Estos están coordinados por psicólogos, pediatras y músicos sensibles a la experiencia del inicio de la vida.

Los encuentros incluyen:
-Información acerca de la vida del niño antes de nacer
-Visualizaciones creativas del universo del bebé intrauterino.
-Diálogo con el bebé a través de sonidos, música, canto y ritmos.
-Contacto afectivo con el bebé a través de las manos.
-Sensibilización a la percepción de los movimientos del bebé.
-Concierto instrumental y vocal participativo

Coordinación general: Lic. Viviana Tobi
Directora y fundadora de Tobi Natal
Lic. en Psicología (UBA 1975) especializada en Salud corporal y psicológica a partir de la perinatalidad.