Masaje infantil

Vitamina T, con “t” de tocar
¿Por qué dar masajes al bebé? Al nacer el bebé pierde el entorno del útero que lo abrazó durante 9 meses, en el que flotaba y podía moverse, jugar con sus manitos y sentir esos estímulos constantes (temperatura, sonidos, voces, movimientos del cuerpo materno) que lo acompañaban y le daban seguridad. Al nacer también pasa de un medio líquido a un medio aéreo y está sujeto a la ley de gravedad. Ya no podrá moverse como en la panza y pasarán algunos meses hasta que sus movimientos reflejos y desordenados se transformen en gestos y respuestas voluntarias y logre ciertas coordinaciones psicomotrices.
Los recién nacidos están en un estado de desvalimiento total y necesitan del sostén amoroso de los padres para poder crecer y desarrollarse física y emocionalmente.
Con el llanto el bebé reclama el alimento que necesita, tanto la leche que lo nutre como el calor, la cercanía, las voces, las caricias y el movimiento que recupera en el cuerpo a cuerpo con el adulto.
En los cursos de masaje al bebé propiciamos ese encuentro entre los padres y su bebé para que ellos aprendan cómo ofrecerle el masaje y el bebé aprenda a recibirlo.
El hecho de que haya una rutina armada no significa que se siga mecánicamente. Por el contrario, en cada acercamiento hay un descubrimiento mutuo y por lo tanto una transformación. Esto es notorio cuando los padres se van soltando y se conectan con la mirada y los gorjeos del bebé. Cuando pueden olvidarse del “cómo hacerlo” y ya anuncian los movimientos preferidos o muestran como el bebé va soltando, entregando su cuerpito.
Como educadora perteneciente a la Asociación Internacional de Masaje Infantil, enseño una técnica que combina elementos del masaje hindú, sueco, reflexología y yoga. El masaje infantil es estimulante y relajante a la vez. Estimulante porque el bebé es tocado, mirado y hablado en una situación íntima que propicia el diálogo. Relajante porque el contacto piel a piel también provoca la liberación de endorfinas que promueven sensaciones de placer y eliminan tensiones.
La educación del masaje se puede practicar con bebés entre 1 y 7 meses aproximadamente. A veces vienen las madres, otras vienen las parejas y también se arman grupos de madres o parejas con sus bebés. Los papás valoran mucho descubrir esta forma de conectarse con sus bebés.
Los primeros meses de vida del bebé suelen ser una etapa difícil para las madres. Puede haber sensaciones de agotamiento por el esfuerzo de responder a la demanda del bebé y de encuadrarse dentro de los mandatos sociales (mitos acerca de la crianza “correcta”, del bebé “ideal” y de la madre que “siempre sabe” lo que su hijo necesita) cuando en realidad sabemos que la maternidad se va construyendo cotidianamente, en cada situación, en cada intercambio con el bebé. Compartir sus vivencias con otras madres les permite intercambiar experiencias, interrogantes, emociones y así van surgiendo nuevas respuestas.
La práctica del masaje infantil ayuda a los padres a desarrollar mayor seguridad en el manejo del bebé y genera confianza poder aliviarlo en momentos de stress o dolor.
Los cursos se organizan en 4 clases, una por semana. Voy mostrando los movimientos en un muñeco para que los padres los puedan realizar con sus bebés y luego practicarlos en la semana .

Entre los principales beneficios del masaje infantil podemos mencionar: 

- Favorece el desarrollo psicofísico del bebé
- Afianza el vínculo del bebé con sus padres
- Calma las molestias por gases y cólicos
- Favorece la organización del sueño
- Facilita la construcción del esquema corporal
-Da vivencias de relajación que son un valioso recurso para protegerse en situaciones de stress

Irene Wainsztein
Fonoaudióloga-Psicomotricista
Educadora de masaje infantil (Asociación Internacional de Masaje infantil)