Guía de relajación para la embarazada

Para la práctica de este ejercicio de relajación, te sugerimos elegir un momento del día o de la noche en el que puedas crear un ambiente tranquilo, lejos de posibles ruidos o interrupciones, en un lugar templado, con luz tenue y ropa cómoda.
Elegí una posición que te resulte confortable.
Puede ser sentada o inclinada sobre un respaldo o bien recostada sobre un lado, preferentemente el izquierdo, redondeando la columna de modo de evitar acentuar la curva lumbar.
En la posición de costado podes colocar una almohada por debajo de la rodilla superior que impida que el peso de tu cuerpo recaiga sobre tu abdomen.
Vas a comenzar sintiendo qué partes de tu cuerpo son las que efectivamente apoyan sobre la superficie en la que te encontrás y vas a descargar sobre ellas el peso de tu cuerpo evitando que alguna zona quede en suspenso.
Quedate unos minutos en esa posición observando si necesitás reacomodarte y hace todos los movimientos que tu cuerpo te pida hasta sentirte completamente a gusto.
Ensayá ahora uno o dos suspiros, haciendo una exhalación sonora
Ahora observá cómo estás respirando.
Comenzá por percibir cómo ingresa el aire al inhalar por tus fosas nasales y cómo vuelve a salir por la misma vía.
Observá que al inspirar, tu ombligo se desplaza hacia fuera para replegarse luego hacia tu columna cuando soltás el aire.
Andá centrándote en un ritmo cada vez más regular con tus respiraciones, sin forzar en ningún momento la entrada y salida de aire.
En ese estado de calma en el que te encontrás ahora, iniciá un recorrido por todo tu cuerpo, registrando a cada paso, desde la punta de los pies hasta la cabeza, cómo está tu tono muscular.
Detenete en aquellas zonas en que sientas alguna tensión, imaginando que la misma es atravesada por una cálida sensación de bienestar.
Si creés que una imágen puede ayudarte, visualizá entonces que algún color o simplemente un haz de luz te está disolviendo la tensión que te impide relajarte.
Si en cambio creés que podés ser más influenciada por los sonidos, imaginá el efecto apaciguador que la vibración musical ejerce en cada una de tus células.
Tal vez evocar un determinado aroma o producirlo naturalmente contribuyan a lograr el estado de relajación deseado.
Volvé a tu respiración y disfrutá entonces de la experiencia que estás viviendo dejando que aparezcan todas las sensaciones posibles.
Si espontáneamente tu bebé comienza a moverse observá sus movimientos y sin interrumpir el ejercicio aprovechá este instante para entrar en su sintonía y enviarle un mensaje de amor.
Para terminar, andá moviéndote lentamente con pequeños estiramientos y desperezos, mientras hacés un par de respiraciones profundas que te devuelvan a tu estado habitual de vigilia.
Practicá este ejercicio diariamente durante tu embarazo y te sentirás más vital, lúcida , en paz, en contacto más íntimo con tu bebé y con todos los que te rodean.

Lic. Viviana Tobi.
Directora de Tobi-Natal. Psicóloga especializada en Maternidad.

Este ejercicio forma parte del programa de Salud Corporal y Psicológica para embarazadas que se realiza regularmente en Tobi Natal