Episiotomía, rasurado perineal o enema preparto son algunos de los procedimientos no aconsejados
Lo afirma un documento del Centro Latinoamericano de Perinatología
Según el organismo de la OPS, son tradiciones difíciles de cambiar entre los médicos

Camino de la sala de parto, las argentinas no siempre tienen posibilidad de decidir sobre ciertos aspectos que hacen a su salud y a la de su hijo por nacer. Los médicos que atienden los partos están acostumbrados a decidir por ellas. Lamentablemente, muchas veces recurren a prácticas de dudosa base científica o descartan otras que bien merecen ser utilizadas, según un informe del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con sede en Montevideo, Uruguay.
"Muchas de las conductas probadamente eficientes en perinatología y atención materna no han sido aún incorporadas en la región, donde todavía se siguen aplicando intervenciones que han mostrado su ineficacia y que, a su vez, pueden ser perjudiciales para la mujer y su bebe", señala el comunicado del CLAP .
Episiotomía, rasurado perineal o enema preparto son algunas de esas conductas que, lejos de ser abandonadas o utilizadas sólo en contados casos en los que la paciente las demanda o el médico las considera necesarias, son practicadas en forma rutinaria en la mayoría de las maternidades de la Argentina y del resto de América latina. Por el contrario, el llamado acompañamiento continuo durante el alumbramiento todavía no ha sido adoptado en muchas instituciones médicas del sector público.

Prácticas perimidas
"Nuestra intención no es generar un enfrentamiento entre las mujeres y los profesionales, sino aportar información adecuada que permita a las embarazadas reclamar las mejores prácticas perinatológicas y a los médicos implementarlas", dijo a LA NACION el doctor Fernando Althabe, investigador del CLAP.
No es fácil convencer a los médicos de que ciertas conductas terapéuticas practicadas durante años deben ser abandonadas, y un buen ejemplo de ello es la episiotomía. A pesar de que hoy se sabe que, salvo en contados casos, no sirve para prevenir los desgarros durante el alumbramiento como se postuló hace ya varias décadas, este corte que se realiza en el periné para agrandar el canal de parto es empleado en forma rutinaria.
"Un estudio que realizamos recientemente en la Argentina reveló que al 85% de las mujeres se les efectuaba una episiotomía en su primer parto -señaló Althabe-. La experiencia de países desarrollados que han abandonado el uso rutinario de esta práctica muestra que con tasas de episiotomía inferiores al 10% la incidencia de los desgarros durante el parto es la misma."
Otra práctica innecesaria pero de uso rutinario en la Argentina es el rasurado preparto. Durante años se pensó que eliminar el vello perineal antes del alumbramiento permitía disminuir el riesgo de infección de la madre. "Se ha visto que, por el contrario, este rasurado puede generar pequeños cortes que son más peligrosos que el vello y que pueden causar infecciones", explicó el especialista en obstetricia del CLAP.
Entonces, ¿por qué se lo sigue practicando? "Por comodidad de los profesionales que atienden los partos, ya que les permite suturar con mayor facilidad los desgarros o la episiotomía misma -respondió Al- thabe-. Aunque hay encuestas que indican que una de cada diez mujeres está de acuerdo con ese rasurado, pues se sienten más cómodas o presentables en el momento del parto, debería ser una elección y no algo impuesto.
"Lo terrible es que acá, en Uruguay, por ejemplo, es muy común que las embarazadas se rasuren ellas mismas antes de ir a la maternidad, porque saben que si no después se lo harán prácticamente en seco o con agua, lo que es verdaderamente doloroso."
Algo similar ocurre con la enema preparto, otra práctica tan inútil y tan rutinaria como el rasurado, que también muchas mujeres prefieren practicarse antes de concurrir a la maternidad. "Estimamos que ésta se realiza en forma automática en casi la mitad de los hospitales argentinos, cuando a esta altura del conocimiento científico debería haber sido abandonada", afirmó Althabe.
Como explica el comunicado del CLAP, "lo que motiva su uso es evitar la contaminación del perineo con materia fecal durante el parto, para así reducir las infecciones luego del nacimiento". Sin embargo, un análisis de la información médica al respecto "indica que su uso rutinario debe ser abandonado por falta de evidencia científica a favor" de esta práctica.
Además, en algunos casos sus efectos son contrarios a los buscados. Según Althabe, "es común que la enema se realice muy poco tiempo antes del parto, y lo único que se logra es aumentar la evacuación".

Un problema de actitud
"Uno de los motivos por los cuales hay poco espacio para que las mujeres puedan demandar en el momento del parto que no se les realice este tipo de prácticas innecesarias es la actitud paternalista, cuando no autoritaria, de los servicios que las atienden -dijo el doctor Al- thabe-. No está institucionalizado que la mujer pueda solicitar que se le realice o no alguna práctica en particular."
Por eso, un camino alternativo en los casos en que la pareja haya elegido quién es el profesional que atenderá el parto es anticiparse a los hechos y manifestarle durante los controles prenatales cuáles son sus preferencias con relación a temas como episiotomía, enema, rasurado y, por qué no, cesárea.
Por su parte, el doctor Althabe concluyó: "Hacemos un llamado para que los profesionales den lugar a que las mujeres puedan negarse a que les realicen prácticas que claramente no están avaladas por ninguna información científica".

Por Sebastián Ríos
Diario La nación 10/11/03

Derecho a estar acompañadas
A principios de julio de este año, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó un ley de "humanización del parto", que estipula que las mujeres tienen derecho a estar acompañadas durante el trabajo de parto, el parto y la posterior internación, pero lo cierto es que, en la práctica, "la mitad de las maternidades de la ciudad de Buenos Aires tiene salas comunes, sin privacidad, donde se complica el que las mujeres estén acompañadas", afirmó el doctor Fernando Althabe. Según el citado comunicado del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP), el acompañamiento continuo de la parturienta (que puede provenir no sólo de familiares, sino también de profesionales entrenados para esta tarea) ha demostrado "reducir la necesidad de analgésicos en un 16%; la incidencia de cesárea, en un 23%, y la depresión posparto, a la mitad".

Lic. Maria Alejandra Pater